Traduce este Blog a: Inglés Francés Alemán Italiano Chino

martes, 30 de marzo de 2010

Relaciones padres-entrenador y viceversa

Durante estos días he leído en la página web de la FEB (www.feb.es) las informaciones y los reportajes elaborados alrededor del Campeonato de España Minibasket de selecciones autonómicas, una fiesta del baloncesto que anualmente regenera la ilusión y proyecta el futuro del basket español. Me identifico y alineo completamente con las declaraciones de Ángel Palmi, director deportivo de la FEB, quien afirmaba en una entrevista que “lo prioritario en el Mini no es ganar, sino estar con los amigos y aprender”. Suscribo esta finalidad en mi doble papel de padre y entrenador profesional.

Me doy cuenta de lo importante que es la educación a través del deporte y de la función tan esencial que ejercen los entrenadores. Es a estos entrenadores a los que debemos pedir un esfuerzo de coherencia entre el mensaje educativo que transmiten y sus acciones en los entrenamientos y los partidos. Añado en este punto la transcendencia e importancia que aquí debe desempeñar el club, responsable de la elección y formación de los entrenadores que trabajan con los jugadores en edades de formación. Es fundamental que los clubes mantengan una coherencia entre lo que piden a sus entrenadores y cómo valoran su trabajo.
Considero que la educación táctica y competitiva tiene que ser progresiva y lógica en la evolución del jugador por las categorías de cantera. Por consecuencia, igual de progresiva tiene que ser la exigencia de resultados.

Puede pasar que en algunas ocasiones los clubes promocionen a aquellos entrenadores que han conseguido títulos con los equipos de formación, pero raramente he visto a un instructor transformarse en un gran entrenador “sobre la piel” de sus propios jugadores. Indudablemente ganar no es malo. Sí lo es si se logra de una forma especulativa, acudiendo, por ejemplo, a una defensa zonal durante cuarenta minutos o extremando la sistematizando de los ataques. Esa conducta puede ayudar a ganar un partido, pero no impulsa la consagración del técnico como un entrenador de alto nivel. A los entrenadores que trabajáis con equipos de formación os ánimo a ser equilibrados, eligiendo adecuadamente los instrumentos que os ayuden a competir sin desviaros de la línea de coherencia y del objetivo de una progresión adecuada de los jóvenes valores.

LOS PADRES SEGÚN EL ENTRENADOR

Hablo ahora del papel que desempeñan los padres desde el punto de vista del entrenador. No me parece que el papel paterno y materno se circunscriba a ser el de meros espectadores. Los hijos reclaman de los padres un seguimiento discreto, alejado de los “espectáculos” que algunos ofrecen desde la grada. Los padres deben interesarse por su hijo deportista, animar al equipo e incluso celebrar los pequeños éxitos.

Si yo fuera el entrenador de ese equipo de formación, reclamaría a los padres que arropen a sus hijos y que colaboren conmigo en crear un buen deportista en un deporte de equipo. El cariño y el apoyo de los padres resultan fundamentales y se complementan con la labor que desempeña el entrenador, pero para ello se debe predicar con el ejemplo.

La confusión no puede desconcertar al jugador. Los mensajes de los padres y del entrenador deben concordar y la vía educativa puede tener dos canales que confluyan en una misma línea. El clima positivo debe rodear el entorno del niño.

Recuerdo que durante mi etapa como responsable de la sección de baloncesto del Real Madrid se creó un Departamento de Psicología que apuntaba su trabajo hacia los niños y sus familiares. Se organizaron cursos dirigidos a los padres y se mejoraron las relaciones con ellos. Animo a todos los clubes a trabajar en este sentido e incluso recomiendo a los entrenadores que organicen una serie de reuniones con los padres de sus chavales en las que se les expliquen las claves de este trabajo y la coordinación en los mensajes que los niños reciben por parte de su entrenador y los que le llegan desde el entorno familiar.

EL ENTRENADOR SEGÚN LOS PADRES

Como al comienzo de este escrito os comentaba, la reflexión que desarrollo en el blog la efectúo tanto desde el punto de vista de padre como en mi papel de entrenador. Construyo ahora estos comentarios en versión padre. Mis dos hijos practican ocasionalmente cuatro o cinco deportes, pero a la hora de definir su propia pasión al niño le gusta el baloncesto y la niña se decanta por el baile. Mi papel de padre me impulsa a no forzar la práctica de alguna disciplina, animándoles a seguir con todo lo que les atrae sin impedir que manifiesten sus preferencias.

Ser padre también me exige una función de control sobre el funcionamiento del grupo deportivo en el que está inmerso mi hijo. Creo que podemos estar legitimados a exigir seriedad, puntualidad, higiene, educación… En definitiva, el respeto por los múltiples valores que son inherentes a la práctica deportiva y que apuntalan la formación integral de la persona.
Mantengo el modo padre con el piloto de entrenador encendido. Teniendo conocimiento de baloncesto, me interesa controlar –sin alejarme de la objetividad- que mi hijo sea uno más del grupo y que reciba un trato equitativo respecto al resto de compañeros. Si tuviera la sensación de que no fuera así, intentaría descubrirlo desde el diálogo directo con el entrenador, evitando los comentarios con el niño antes de saber lo que pasa.

Otro de los aspectos que me interesa conocer es si en los entrenamientos se trabaja en una dirección coherente con lo que se considera la correcta progresión y evolución –no utilización- del jugador. Por ejemplo, me preocuparía que en los ejercicios de fundamentos individuales se trabajen por igual ambas manos y también que se enseñe a utilizar el pivote con ambos pies. No creo que comentar estos aspectos sea extralimitarme en mi función como padre sino ofrecer una contribución positiva, manteniendo como último recurso integrar lo que le niño practica con su equipo jugando-entrenando a solas con él.

De todos modos, y anticipando lo que será un nuevo asunto en este blog (la gestión del entorno de un jugador y del equipo), las relaciones padres-entrenador y padres-jugador no se extinguen cuando el deportista finaliza su etapa de formación. Sorprendería a muchos darse cuenta de que esta influencia también es muy importante cuando el joven se convierte en jugador del primer equipo.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Aprovechar y reciclar

Para alguien como yo, que ha considerado la necesidad de crear una fundación para ayudar a un grupo de personas desafortunadas, un acuerdo como el firmado entre la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional y la Fundación de la FEB para ayudar a quien ha tenido menos suerte en la vida le parece fantástico.
Hemos heredado una situación de suerte y es una responsabilidad devolver una parte de ella a los menos afortunados. Hacer esto regalando baloncesto es unir esta exigencia con una legítima aspiración de todos los que amamos este deporte y no sólo trabajamos en él, sino que lo sentimos con pasión. Además, poder aportar algo a una población como la africana, que tiene un potencial natural por sus características fisioatléticas, es contribuir al crecimiento del baloncesto. Porque cuando África junte sus cualidades naturales a una formación técnica y táctica superior, todos saldremos ganando.
No se trata de coger a la gente de África y llevarla a Europa o EE.UU., sino de mejorar la competición allí para que crezca el nivel y eso cree el caldo de cultivo adecuado para la aparición de un gran número de jugadores de nivel internacional. El futbol se ha adelantado al baloncesto hace tiempo en este aspecto, pero nuestro deporte está hecho para que los jugadores africanos puedan destacar más aún. En África falta instrucción, formación y educación deportiva, al menos de una forma más directa y masiva. Se trata de una inversión a largo plazo, porque desde luego no se aprende en seis meses o un año, pero es abrir una puerta en beneficio de baloncesto.
He tenido la suerte de entrenar a un jugador africano al que guardo gran cariño en mi corazón como es Boniface Ndong. Siempre que traes a un jugador nuevo que rinde a gran nivel te deja un poso pero Boniface, por sus cualidades y su inteligencia, siempre será especial. He hablado con él alguna vez sobre Senegal y él mismo me decía cuánto bien se podría hacer allí con algo más de medios. Por eso me he acordado mucho de él con esta iniciativa de la Fundación de la FEB, ya que es un ejemplo muy concreto porque tiene vocación de volver a su tierra y contribuir. Le vendo esta idea gratis a la FEB porque Boniface Ndong sería un excelente embajador en este ilusionante proyecto de su Fundación.
Rusia me recuerda a África porque es un país de grandes contrastes, donde jugadores con unas grandes condiciones físicas tienen un nivel de formación no tan superior como uno podría pensar. Aparte de la élite, hay muchos chavales con grandes cualidades que tienen un nivel muy bajo de formación y por eso no están preparados cuando llegan a los primeros equipos. El fallo está en la capacidad de comunicar los conocimientos del juego: ver tanto desperdicio da auténtica pena.
Pero hay más formas de aprovechar los recursos que da el baloncesto más allá de la formación y la educación de los nuevos protagonistas del juego y es mediante el reciclaje de los profesionales. Recuerdo una foto de hace algunos años donde el cuerpo técnico de la Selección Española estaba formado únicamente por entrenadores o ex entrenadores, desde el médico hasta el delegado o el jefe de prensa. Considero que, en un mundo en el que las oportunidades para entrenar a un buen nivel son inferiores al número de entrenadores, es necesario aprovechar las cualidades de todos los técnicos. El baloncesto no se puede permitir perder energías importantes.
Esto no afecta sólo a los entrenadores, sino también a los jugadores retirados que pueden ser, por ejemplo, buenos árbitros. Unos pocos llegan a entrenadores de primer nivel pero mejorando su formación empresarial podrían llegar a tener un futuro directivo. Ahí tenemos el caso de Josean Querejeta, ex jugador de alto nivel y ahora uno de los directivos más respetados del baloncesto europeo, o el de Jordi Villacampa , ex grandísimo jugador y que lleva el mismo camino de Querejeta al frente del DKV Joventut.
Sin embargo, no todos los ex jugadores o ex entrenadores pueden reciclarse en roles directivos. Quien no recuerda su pasado no tiene a donde ir en su futuro y mirar atrás es un valor: pero una cosa es la obligación del baloncesto de ayudar a quien contribuyó a hacerlo más grande y ahora lo necesita, y otra es la oportunidad de recuperar activamente a personas que ya han adquirido una base de conocimiento durante su etapa de jugador o entrenador pero que necesitan completarla con una formación más global.
No todos los profesionales valen del todo porque necesitan completar su formación con otro tipo de conocimientos más allá de los ya adquiridos a través del baloncesto. Hay muchos aspectos en los que el profesional puede ser bueno, pero con eso no basta. Los que quieren completar su bagaje sí se pueden encontrar luego cómodos en roles directivos.
También dentro de los entrenadores se da el caso de que si uno ya no vale para ser primer entrenador, por la razón que sea, se tiende a pensar que ya es un lastre en cualquier otro puesto. Esto es dramático y sucede en muchos países pero no en EE. UU, donde son muchos los entrenadores que son directivos y muchos otros los que han pasado de ser primeros entrenadores a técnicos asistentes.
En España y en Italia tenemos miedo a reciclar aunque se tenga ética y lealtad para asumir otros roles. Los propios entrenadores deberían encender ese debate y desde la cantera se podría apostar por entrenadores todavía muy válidos y con mucho entusiasmo para estar cada tarde en una pista para enseñar a los jóvenes la gran cantidad de baloncesto que pueden ofrecer.

martes, 2 de marzo de 2010

Sin sorpresas

Echemos un vistazo a lo que nos dejaron las pasadas citas coperas en Europa. En Rusia se completó el cartel de participantes en la fase final que se jugará los días 18 y 19 de marzo con los enfrentamientos CSKA-San Petersburgo y Khimki-Unics Kazan en semifinales.
Maccabi y Siena ganaron con cierta comodidad en Israel e Italia, respectivamente. El título copero en Francia estuvo muy disputado y fue el Villeurbanne el que se proclamó campeón. Olympiacos parece haber encontrado su equilibrio y derrotó a un Panathinaikos en dificultades, con problemas de rendimiento que también le han pasado factura en la Euroliga, pero que este domingo se sacó la espina de la copa y ganó 98-91 a su eterno rival ateniense.

No hubo sorpresas en Bilbao. Pronósticos y resultados coincidieron y la Copa del Rey la ganó el mejor equipo. El Regal FC Barcelona exhibió una sensación de superioridad mucho más clara que la ofrecida por los campeones de ediciones precedentes. La plantilla del Barça reúne amplitud, homogeneidad y potencia atlética, a lo que hay que sumar una excelente organización en la cancha que le sitúa un peldaño por encima del resto

Además, el equipo blaugrana conjuga fuerza y consistencia con una solidez defensiva que pone en dificultades a los rivales. Rivales que no consiguen jugar cómodos en ataque y ello provoca que pierdan los niveles de solidez y agresividad defensiva que son imprescindibles para hacer frente al campeón de Copa.
He comentado públicamente la importante participación y el protagonismo de los jugadores nacionales durante la cita copera de Bilbao. El eje Rubio-Vázquez aportó al Regal Barça un alto ritmo. Fran jugó por encima del aro con su extraordinaria capacidad de intimidación y su excelente habilidad para aprovechar con eficacia los pases de sus compañeros, que atraen constantemente ayudas. A Fran se le puede pasar la pelota de muchas formas sin que pierda velocidad en recibir y anotar.

Comparto el MVP que fue entregado a Fran Vázquez y creo que Ricky estuvo sólo un poquito más atrás. Durante el pasado EuroBasket, Ricky Rubio ya tuvo la responsabilidad de ser titular en un equipo de grandes jugadores y ahora cada vez lo lleva mejor. Ricky ha dado un paso más y ha logrado complementar su capacidad de crear peligro a través de la penetración con un tiro cada vez más fiable, a lo hay que sumar su aptitud para repartir juego con un “timing” cada vez más correcto. Sus compañeros parecen sentirse muy cómodos con Ricky al mando.

Es obligado destacar en el Real Madrid la eclosión de Sergio Llull en el lanzamiento de tres puntos. Durante esta temporada estamos asistiendo a una evolución constante y efectiva del jugador en este apartado. Si Sergio consigue que el defensor tenga que preocuparse tanto de su tiro como para pegarse a él, su potencial en el 1 contra 1 es casi imparable. El pasado verano elegí a Llull para reemplazar en la Selección a un escolta-alero como Berni Rodríguez por su mezcla de carácter y talento que le permite jugar muy por encima de su estatura. Nadie duda de que puede llegar a ser un excelente base, pero cuando lo entrenas te das cuenta de su enorme potencial al lado de otro base. La capacidad anotadora de Llull es un valor añadido a cualquier equipo. Es una excelente combinación tener en cancha a un base director y otro con la capacidad de producir puntos como la que atesora Sergio Llull.

Durante la Copa también asistimos a la confirmación de la buena temporada y excelente progresión de jugadores nacionales. Víctor Claver superó el bache que había pasado en las semanas previas a la cita copera, Rafa Martínez mantuvo su excelente nivel y Fernando San Emeterio ratificó –sobre todo en el partido de cuartos de final- su gran campaña.